Ropni Metyktire, el gran líder conocido como Cacique Raoni, nació probablemente a principios de la década de 1930, en una antigua aldea de Mebêngôkre (Kayapó) llamada Kraimopry-yaka, en el noreste del estado de Mato Grosso. En 1954, cuando el pueblo Mebêngôkre estableció contacto definitivo con los blancos, el Cacique Raoni tenía aproximadamente 24 años y jugó un papel fundamental en el proceso de pacificación de varias aldeas. Conoció a los hermanos Villas-Boas, con quienes aprendió a hablar portugués y a tomar conciencia del mundo no indígena. A partir de entonces, Raoni se convirtió en el principal interlocutor entre el Mebêngôkre y la sociedad brasileña. A lo largo de su carrera, Cacique Raoni fue protagonista de varias luchas a favor de los pueblos indígenas y la Amazonía, llegando a ser reconocido internacionalmente como líder y portavoz de la preservación ambiental. Desempeñó un papel fundamental en la demarcación de los territorios de Mebêngôkre, uno de los mayores bloques continuos de bosque tropical del mundo, y, en 1987 y 1988, participó en la Asamblea Constituyente para la inclusión de los derechos fundamentales de los pueblos indígenas en la Constitución Federal de 1988. Movilizó a la prensa mundial para la cobertura del Primer Encuentro de los Pueblos Indígenas del Xingu, en Altamira, Pará, y contra la construcción del Complejo Hidroeléctrico del Xingu, lo que provocó el abandono del proyecto. Ante un dramático escenario político nacional para los pueblos indígenas y el medio ambiente, Raoni volvió a tomar la primera línea en la lucha por los derechos de los pueblos indígenas y la defensa de la Amazonía. En enero de 2020, Raoni convocó una reunión histórica de líderes de los pueblos de los bosques, en la que reiteró la importancia de su unidad contra los ataques y reveses a los derechos y políticas indígenas y ambientales. En 2025 publicará sus memorias, el primer registro exhaustivo de su vida. El trabajo se basó en más de ochenta horas de entrevistas en lengua mebêngôkre, que fueron transcritas y traducidas al portugués en colaboración con intelectuales indígenas, en un trabajo coordinado por el antropólogo Fernando Niemeyer.